Un viaje por Latinoamerica, buscando encontrarnos en nuestras luchas, compartiendo nuestros saberes, construyendo comunidad, aprendiendo siempre...

Partimos en febrero del 2009 desde Buenos Aires, Argentina, sin tiempo, con nuestras preguntas y nuestras convicciones a cuestas, con las ganas de conocer(nos) el continente, de aprender(nos) las historias, las cosmovisiones, las búsquedas y las construcciones colectivas, transmitiendo también ese conglomerado de experiencias y luchas que fuimos y seguimos construyendo en nuestro suelo rioplatense.

Trabajando con la fotografía y ejecutando folklore latinoamericano en bares y colectivos llegamos en el 2011 a México y desde allá regresamos al puerto del río de la plata. Como les pasa a todos lxs que se encuentran en los desencuentros del viajar, la mochila nos persigue y seguimos regresando a esa latinoamérica que nos abraza en sus luchas cotidianas.

Abrimos este pequeño espacio para compartir algunas de las vivencias y las producciones que paso a paso vamos trabajando: relatos de las experiencias educativas en las que participamos, crónicas de talleres en las comunidades, notas publicadas en algún medio, producciones de radio, escritos mezclados...

sábado, 25 de septiembre de 2010

Música popular en la escuela del caribe

Puerto Viejo, Caribe costarricense, límite con Panamá. Tierra de indígenas Bri Bri, tierra de memorias de resistencia como la de Pablo Presbere quién unificó a todas las comunidades de la zona contra la invasión española en 1704 destruyendo iglesias y enfrentando el despojo. El Blu -jefe político y militar más importante- corrió la misma suerte que su par peruano Tupac Amaru al ser condenado a “muerte por descuartizamiento”, pero otros líderes lo sucedieron y Talamanca consiguió su independencia de los españoles antes que Costa Rica firmara sus actas de libertad en 1821. La historia de Puerto Viejo siguió atravesada por piratas y cazadores ingleses de tortugas, quienes le dieron su nombre actual “Old Harbour”. Con las bananeras, principalmente a partir de la instalación de la United Fruit Company, el sitio se puebla de afrodescendientes, muchos de ellos antillanos y jamaiquinos, hablantes del criollo y derivaciones del Patuá, y contadores de su vida dura pero cotidiana en las letras del Calypso. Las rastas y el reagge sobreviven como fiel testimonio de aquellos tiempos.

Nosotros tocábamos música latinoamericana todas las tardes en los restaurantes del centro de Puerto Viejo. Así hacíamos lo necesario para comer, dormir y disfrutar un poco de la playa caribeña. Por eso conocimos una noche a Carlos y a Sebastián, guitarristas y cantantes de sus propias melodías. Los chicos nos invitaron a sumarnos un viernes por la mañana al programa de música extraclase que tienen en la escuela del pueblo. Nos recibieron 12 muchachitos y muchachitas de variados colores con sus guitarras fuera de escala y entre la ronda de nombres conversamos acerca de la música de cada pueblo. Después empezó el ida y vuelta, una milonga de nosotros, un reagge de ellos, una chacarera, un rock… Carlos y Seba buscan generar un espacio donde los chicos y chicas puedan realizarse, sentir que pueden aprender nuevas cosas y rescatar sus tradiciones mezcla de abuelos y reaggeroots, de español, francés e inglés en el patuá de las casas de madera, y puedan encontrar, en la música, una forma de vida que los invite a conocer el mundo, sus recovecos y sus armonías.